El Yoga es
una disciplina tradicional originaria de India. Su práctica constituye un
método de mejoramiento humano que contiene medicina natural, ciencia de la
salud, psicología, mística, filosofía. Se trata, ante todo, de un conjunto de
técnicas psicofísicas y psicomentales para el desarrollo armónico de la
persona. Existen muchos tipos de yoga, el más popular en occidente es el Hatha
Yoga que consiste en una serie de Asanas (posturas) que combinadas con la
práctica del pranayama (control de la respiración o del aliento) permiten
mantener el cuerpo sano, ágil, flexible, fuerte, relajado y la mente atenta,
centrada y serena. El radja yoga o yoga mental apunta de manera directa a la
mente y trabaja para perfeccionar sus potencias y funciones haciendo que ésta
permanezca armónica y operativa, el practicante aprende a mantener la mente
ruidosa más silente, ecuánime, atenta y perceptiva. De ese modo se refrena la
memoria negativa y la persona se abre al aquí-ahora.
La meditación trabaja en las profundidades y superficies de la mente, con
el objeto de liberarla de trabas, negatividades y actitudes equívocas.
En nuestro
centro las clases son personalizadas, constan de ejercicios de
precalentamiento, de la práctica de Hatha Yoga y radja yoga, finaliza con una
relajación, dura 60 minutos, se puede practicar todos los días sin límite de
edad.
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¿QUÉ ES EL
YOGA?
Ramiro A. Calle
El yoga se originó en la India hace
más de seis mil años. Su práctica constituye un método de mejoramiento humano
que contiene medicina natural, ciencia de la salud, psicología, mística,
psicosomática, filosofía y metafísica. Se trata, ante todo, de un conjunto de
técnicas psicofísicas y psicomentales para el desarrollo armónico de la
persona. Sus procedimientos, tan antiguos como fiables y largamente
experimentados, son un medio para favorecer el cuerpo, la mente, las energías,
el carácter y la conducta. El yoga es también una actitud vital y un modo de
pensamiento. Aboga por el autoconocimiento, el crecimiento interior, el control
del pensamiento, la apertura del corazón y las óptimas relaciones con uno mismo
y con los demás. Proporciona claves para desarrollar la consciencia y purificar
el entendimiento, y prácticas para regular y armonizar las energías.
Ahora bien, el yoga no es una religión; se trata de una disciplina
suprarreligiosa, y puede ser practicado indistintamente por el creyente o el
agnóstico. No obstante, ha sido incorporado a numerosas tradiciones místicas
como método de autoconocimiento y autodesarrollo. Tanto es así, que constituye
el eje espiritual de Oriente, y sus procedimientos de mejoramiento humano han
sido utilizados por los hindúes, budistas, tántricos, taoístas,zen y otras
escuelas de purificación y realización. El yoga es, por tanto, una psicología
de larealización y, como tal, puede ser practicado por cualquier persona, ya
sea adolescente o anciana, letrada o iletrada, sana o enferma. Desde hace dos
décadas son innumerables los practicantes de yoga en el mundo, cantidad que
crece cada día debido a los evidentes beneficios que reporta. Ya en 1920
Hermann Hesse señaló que si algo urgía a Occidente, era la práctica del yoga.
Tal fascinación se debe, sin duda, a que su sabiduría milenaria hay podido
perpetuarse de maestro a discípulo, siglo
tras siglo, a que sus técnicas han sido experimentadas sin interrupción,
y a que nada hay de gratuito o no probado experimentalmente en las mismas.
El yoga es, por otra parte, un método de integración. Nos exhorta a
equilibrar nuestra unidad psicosómatica y nos ofrece procedimientos para
entrenar armónicamente el cuerpo, la mente, la conducta y la actitud.
Constituye el sendero de la atención despierta, y, consecuentemente, todas sus
técnicas deber ser aplicadas con atención, evitándose así cualquier actitud
mecánica o automática. Por esta razón, el yoga es también un valioso
procedimiento para desalienarnos. Con
él se aprende a operar de manera beneficiosa sobre las energías. En definitiva,
el yoga procura dicha y bienestar; esto es, funciona como un sistema
soteriológico, que tiende a liberar del dolor.
El yogui aprende a relacionarse consigo mismo y se convierte, hasta donde
le es posible, en artífice de su cuerpo y de su mente, pero con actitud
humilde, jamás de triunfalismo narcisista. No se trata de competir ni de
alcanzar un récord: cada uno hace cuanto puede para mejorarse a sí mismo y para
mejorar su relación con los otros seres. Mediante el yoga se renuncia al
sufrimiento innecesario y se halla la fuente de felicidad en el propio
interior. Se aprende a vivir más desapegadamente, en apertura y disponibilidad,
de momento en momento, liberando así la mente de venenos y “pensamientos
basura”, que tantos trastornos
psicosomáticos originan. Existen técnicas para proporcionar bienestar,
vitalidad, salud y juventud al cuerpo, y técnicas para modificar los viejos y
condicionantes modelos de conducta mental. El yoga nos facilita los medios para
ser más libres, fluidos, calmos. Nos enseña a evitar innecesarias tensiones,
fricciones y conflictos; nos abre una vía hacia la alegría interior, y nos
otorga los procedimientos para sincronizar el cuerpo y la mente. Por todo ello,
el doctor Lindenberg ha declarado: “Estoy convencido de que ninguna doctrina
destinada al hombre es tan valiosa, y, además, la considero la más elevada”. A
su vez, el gran científico Julian Huxley consideraba que su práctica era un
método excepcional para propiciar salud mental.
En definitiva, mediante las técnicas del yoga lograremos una salud más
estable, sentirnos más jóvenes y vitales y relacionarnos mejor con nosotros
mismos y con los demás. Además, aprenderemos a encarar con ecuanimidad las
contrariedades, a disfrutar sin apego a o aferramiento, a sufrir sin generar
sufrimiento y a acoplar mejor nuestraa energías y no desaprovecharlas innecesariamente y poder regular las
propensiones de nuestro carácter. Para que todo lo anterior sea posible, el
yoga insiste en:
-
El cultivo de unos ideales de integración, más allá de
cualquier punto de vista estrecho, dogma
o creencia preestablecida.
-
La práctica de procedimientos psicofísicos y psicomentales
para mejorar la unidad psicosomática.
-
La observación de actitudes que nos ayuden a crecer
interiormente y a mejorar nuestro estado psicológico.
-
La práctica de una ética genuina, consistente en poner los
medios para que los demás sean felices y en evitar daño a cualquier ser
viviente, propiciando así la benevolencia y la compasión.
-
El cultivo del desapego, la no violencia y la serenidad.
-
El ejercicio de la ecuanimidad y la comprensión.
-
La limpieza de la mente de venenos, trabas, “pensamientos
basura y tensiones”.
-
La transformación de las energías regresivas en energías de
evolución.
-
El máximo desarrollo de la atención mental.
-
La práctica del autoconocimiento y del acrecentamiento de
la consciencia, evitando la mecanicidad y el automatismo psíquicos.
-
El cultivo de la sabiduría interior, que es mucho más
iluminadora y transformadora que el conocimiento o el saber basado en la
erudición.
-
El ejercicio no sólo del hacer, sino también del ser.
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